Nació en Santo Domingo, en 1938. Desde sus primeros cuadros mostró una marcada afinidad con la pintura expresionista figurativa y posteriormente una descomposición de las formas entre cubismo y expresionismo, que hace de este pintor uno de los casos más singulares en la pintura dominicana actual.
Su pintura es dramática, enérgica y dinámica. El dinamismo de sus trazos es libre pero controlado. En sus primeras telas la dramatización de un mundo indígena estuvo absorbido por un sentido trágico, en la mayoría de sus composiciones. De este conceptualismo trágico ha logrado escaparse y últimamente realiza una pintura en que e1 movimiento, el color y la fuerza expresiva de sus trazos han cambiado totalmente e1 mundo pictórico de su iniciación.
En sus cuadros como: “Jauría devorando a un toro”, y “Velorio”, el color está al servicio de una pintura plásticamente concebida y lo dramático queda también incorporado como una solución y no como un medio conceptual de raíces literarias y anecdóticas.