Son un conjunto de órganos que hacen posible el sentido del oído en un ser vivo, es decir, lo facultan para ser sensible a los sonidos. La función de nuestro sistema auditivo es, esencialmente, transformar las variaciones de presión originadas por la propagación de las ondas sonoras en el aire en impulsos eléctricos, información que los nervios acústicos transmiten a nuestro cerebro para la asignación de significados.
El sonido es el conjunto de ondas mecánicas de diversas amplitudes y frecuencias que se propagan por el aire.
Podemos dividir el sistema auditivo en:
Sistema auditivo periférico
Es el responsable de los procesos fisiológicos de la audición. Estos procesos que permiten captar el sonido y transformarlo en impulsos eléctricos susceptibles de ser enviados al cerebro a través de los nervios auditivos. El sistema auditivo periférico lo constituye el oído.
El oído humano se divide en tres partes:
- El oído externo que canaliza la energía acústica.
- El oído medio que transforma la energía acústica en energía mecánica, transmitiéndola y amplificándola hasta el oído interno.
- El oído interno donde se realiza la definitiva transformación de la energía mecánica en impulsos eléctricos.
Sistema Auditivo Central
Está formado por:
- las 30.000 neuronas que conforman los nervios auditivos y se encargan de transmitir los impulsos eléctricos al cerebro para su procesamiento.
- los sectores de nuestro cerebro dedicados a la audición.
A través de los nervios acústicos, el cerebro recibe patrones que contienen la información característica de cada sonido y los compara con otros almacenados en la memoria (la experiencia pasada) para poder identificarlos.
Aunque la información recibida no se corresponda con la información que la memoria tiene almacenada, el cerebro intentará igualmente adaptarla a algún patrón que le sea conocido, al que considere que más se le parece.
El cerebro procesa la información en función de tres escalones
- En un primer nivel, el cerebro identifica el lugar de procedencia del sonido, para ello tiene en cuenta la escucha binaural humana, es decir, el hecho de que el hombre recibe dos señales simultáneas y diferentes de un mismo sonido.
- En un segundo nivel, el cerebro identifica el sonido propiamente dicho, es decir, sus características tímbricas.
- En un tercer nivel, se determinarían las propiedades temporales de los sonidos. Su relevancia en función de los sonidos que lo suceden o anteceden.
Los decibelios del sonido
La intensidad del sonido se define como la potencia acústica transferida por una onda sonora por unidad de área normal a la dirección de propagación, este se mide en decibelios.
Fíjate en las siguientes equivalencias: Un susurro: 25 decibelios. Una conversación: 60 decibelios. Los platos de la orquesta: 90 decibelios. Un cantante de ópera; 100 decibelios. Un avión aterrizando: más de 130 decibelios. Recuerda que , el sonido causa dolor y puede dañar el oído, por encima de 120 decibelios.
Cómo cuidar el oído
El oído es uno de los sentidos que te relaciona con el mundo exterior,
La exposición a los ruidos continuos y excesivos (industrias, locales públicos, tráfico…) puede llevar a una pérdida progresiva de la sensibilidad auditiva. El volumen excesivo provoca una disminución de la capacidad auditiva. Cuando escuches música, haz un buen uso de los auriculares y mantente a distancia de los altavoces. Ante cualquier problema del oído acude al otorrinolaringólogo.
Recuerda que el sonido se transmite por ondas que se forman en el aire y que el órgano de la audición es el oído. Éste se divide en tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El pabellón auditivo recoge las ondas sonoras; éstas pasan a través del conducto auditivo externo y llegan al tímpano. El tímpano es una membrana que separa el oído externo del oído medio. Cuando las ondas sonoras chocan contra el tímpano, éste vibra y transmite la vibración a la cadena de huesecillos del oído medio. El movimiento vibratorio de los huesecillos se transmite al caracol en el oído interno y llega finalmente, a través del nervio acústico, al cerebro. El cerebro interpreta la vibración como un sonido agradable o desagradable, como un ruido o un sonido musical.